jueves, 4 de diciembre de 2008

Primer Statement




La pérdida de identidad de mi propio ser se ha convertido en un sello muy personal. Siempre me he sentido más cómodo con apodos inventados que con mi propio nombre, pero Ludovico Toscano es un caso especial, no nace fruto de una invención forzada para identificarme dentro de un grupo de personas o en un foro de Internet, nace directamente del subconsciente un día cualquiera en un lugar cualquiera.

Lo que más me ha aportado Ludo es su carácter deslenguado, directo y seguro frente a las cosas que hace, es cierto que –como todo el mundo- se equivoca en ocasiones, pero –aunque sea un cliché- es parte del proceso de aprender de los propios errores en el que está inmerso. Creo que lo más destacable es la seguridad al enfrentar los desafíos que se le presentan, ya que Pancho a lo largo de su proceso en la carrera de arte, siempre ha tenido desvaríos en justificar lo que hace y crear cosas que tengan su sello propio.

A pesar de que estoy consciente de que Francisco Toledo y Ludovico Toscano son personas totalmente distintas en cuanto a carácter se trata, no he podido desarrollar bien el personaje mismo porque creo que es más importante el trabajo que haga, que mostrar cómo es quien hace el trabajo, por tal motivo, hemos llegado a la decisión de unir fuerzas y fusionar ambas personalidades en post de un mejor trabajo.

El trabajo desarrollado consiste exclusivamente en aprovechar aquella obsesión por el dibujo donde la creación de personajes es parte fundamental del quehacer. Con estos personajes idealmente se pretende armar una escena donde todos convivan en una armonía entre si y donde además el tema de la cita sea una importante bisectriz dentro de la obra.

Los materiales son casi exclusivamente: látex, lápiz pasta, plumones, pinturas spray, masking tape. Generalmente para la realización de un trabajo no hay un diseño previo de la imagen, o sea que el dibujo es algo ideado en la medida que se va dibujando en la misma pared; el trabajo de croquera previo, sirve para tener en cuenta ciertos personajes que se están desarrollando e incluirlos en la escena.

Finalmente a lo largo de este “desquiciado” proceso, he notado, que al igual que un niño que raya las paredes de la casa, hago este tipo de trabajo para alimentar ciertos caprichos personales, donde mi castigo es dejar impecable la pared, ya que si no lo hago papá se enojara y probablemente le recomiende a la profesora con la que esté que me evalúe el desmontaje. El trabajo es claramente fugaz, pero soy feliz en el proceso.

Saludos a quien lea esto y ¡mucha buena onda para ud!